Viene un amigo con quien trabajamos juntos en Sudáfrica


Los domingos que no tengo algún compromiso (como la celebración de la confirmación o la consagración de una nueva iglesia) sigo visitando las comunidades de la diócesis. Es algo que hice en el Vicariato de Ingwavuma (Sudáfrica) después de mi consagración episcopal en abril de 2009 y en la diócesis de Manzini (Suazilandia) desde que asumí como obispo en este país en enero del año pasado.

Tengo que decir que los sacerdotes han sido hasta ahora muy buenos "cómplices". El tema es que yo visito las comunidades sin hacerme anunciar. Solo lo sabe el sacerdote del lugar y es él quien me indica dónde ir (asegurándose no haya estado todavía). Elige además un par de jóvenes para que me muestren el camino. A veces ni siquiera les dice a quién tienen que acompañar para asegurarse que la gente no lo sepa.

La idea, desde el comienzo, ha sido de poder tener una visión más completa de la diócesis y de ver lo que los sacerdotes ven cada semana. Anunciar la visita del obispo significaría que los que están en casa aparecerían en la capilla y que la comunidad debería organizar algo especial para recibirme. 

Zikhotheni Church (the first Mass)

Este fin de semana no fue fácil decidir dónde ir. Siendo la fiesta de "Corpus Christi", en general, cada parroquia reúne los católicos de todas las capillas para una mañana de celebración juntos. Solo dos parroquias no lo harían y una era "Nuestra Señora de los Dolores" en Hluthi en la frontera con Sudáfrica. 

P. Giorgio Massa, misionero de la Consolata que vive conmigo en Manzini, está a cargo de la parroquia desde hace tres meses. Se reparte entre Manzini y Hluthi (donde pasa tres días de la semana). 

"Ningún problema" me dijo "te indico dos comunidades y te explico cómo llegar". Eso normalmente me asusta porque no soy bueno para seguir indicaciones y encontrar el lugar pero él se encargó de contar los kilómetros y de indicarme con precisión los carteles que encontraría para no perderme. Me dejó además el número de teléfono de la encargada de la capilla. Y no me perdí!

Al llegar, una señora me saluda sin reconocer quién era, así que me presenté diciendo: "Soy José, el obispo". Ahí reaccionó inmediatamente. "Si! Ahora me doy cuenta. No nos imaginamos que vendrías. Nosotros estamos acostumbrados a ver al obispo en las grandes celebraciones en Manzini"

Y siguió: "P. Giorgio nos dijo que vendría a celebrar la misa un amigo suyo con el que trabajó en Sudáfrica. Nos pidió que no faltara nadie y que fuéramos puntuales! Nunca nos dijo que sería el obispo"

P. Giorgio no mintió! Nos conocemos desde hace más de 20 años siendo que me recibió en Sudáfrica en 1994. Yo lo reemplacé en dos de las parroquias donde él trabajó y él me reemplazó en la última donde yo estuve. Por tres años, además, fuimos los líderes de nuestro grupo de misioneros.

La celebración fue una gran fiesta. El pequeño grupo parecía el coro de nuestra Catedral!