WYD: El encuentro con Papa Francisco


Aunque normalmente escribo en inglés... esta vez creo sea más fácil hacerlo en castellano.

El Papa Francisco quiso agregar otro encuentro a todos los que ya tenía en programa: un encuentro con los jóvenes argentinos que vinieron a la Jornada de la Juventud. Los obispos argentinos habían sido invitados y me recordaron que tenía que ser parte del grupo. Fue un regalo muy grande.

Llegamos a la Catedral de Río de Janeiro poco después de las 10 de la mañana. Había largas filas de jóvenes esperando afuera. La Catedral estaba cerrada. No más de 5000 jóvenes podrían entrar y viendo el número de los que esperaban nos dimos cuenta que muchísimos tendrían que quedarse esperando de poder al menos verlo pasar. 

En esas dos horas, hasta que llegó Francisco, los obispos nos quedamos saludando los jóvenes. Me alegró ver jóvenes de lugares donde estuvo o están los Misioneros de la Consolata: San Francisco (Córdoba), Parroquia de la Medalla Milagrosa (Jujuy), Chaco, Santiago del Estero... 

Los jóvenes que estaban dentro habían esperado afuera desde las 6 o 7 de la tarde de ayer. Algunos habían estado dentro de la Catedral quizás confiando podrían dormir adentro pero a un cierto momento cerraron todo para instalar el sistema de seguridad y solo abrieron cerca de las 11 de esta mañana. Los jóvenes esperaron toda la noche afuera y bajo la lluvia. Ninguno se quejaba. Estaban contentos de haber podido entrar. No les importaba otra cosa.



Los obispos lamentaban no hubiera más lugar para que muchos más pudieran entrar y compartir este momento tan especial. No tenían paz. No sabían qué hacer. Querían que todos pudieran vivir ese momento.

Mientras tanto el coro cantaba “Un nuevo sol...” que fue el himno de la Jornada de la Juventud en Buenos Aires en 1987 (la única a la que yo había participado). La canción fue interrumpida por la llegada del Papa que generó una gran ovación que decía: “ésta es la juventud del Papa”.

Como siempre, entró con toda sencillez y con toda libertad se acercó a quien quiso: primero a los jóvenes y luego a los discapacitados que inicialmente habían sido ubicados en la primera fila y más tarde delante de todos como para que Francisco los pudiera saludar con libertad.

Los obispos dejamos el lugar que nos había sido asignado y lo rodeamos como lo haría un grupo de viejos amigos.

Es siempre impactante esta atención personal que él tiene. Lo saludé diciéndole que venía de Sudáfrica e inmediatamente me preguntó: “recibiste mi carta?”. De hecho yo le había escrito en el mes de mayo y su carta me llegó justo antes de venir para Argentina de vacaciones. 

Tuvimos una nueva posibilidad de saludarlo al final y aproveché para invitarlo a Sudáfrica y Swazilandia. A un cierto punto me dice: “lo siento por Independiente” (que descendió a la B) pero le expliqué que siendo de Racing estábamos “celebrando”.

Con cada obispo se relacionó de esa manera. Mucho más siendo que han caminado juntos por tantos años. 

Antes de irse se acercó a los jóvenes que lo esperaban en la calle, levantó una bandera argentina y luego los bendijo. 

Se acercó al equipo de seguridad y se sacó una foto con ellos. Luego se subió a un Fiat que lo esperaba. Impactaba el contraste. El Papa en un auto Fiat mediano, normal, mientras que el resto de la comitiva lo acompañaba en grandes autos negros...

Texto del Presidente de la Conferencia y del Papa Francisco (Agencia AICA)

Fotos del encuentro con el Papa Francisco